Por Pato Bailone, Batres, 2015. Poesía.
Fue en el reflejo de su cuerpo en el espejo
donde sus ojos de niña descubrieron
a la mujer escondida
detrás del reloj
de Alicia y el Conejo.
Asustada en sus hombros desnudos, la dama del rostro llovido de rubios cabellos, el pecho tímido y atento y el ombligo avizor, quisquilloso y despierto, se resigna a no ser la pequeña que fuese.
Con el asombro creciente de quien sin quererlo, crece, su corazón latente la tienta, la enamora, la enoja y le miente.
Porque ella no teme el miedo está en calma.
Y el alma en alerta.
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